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Los papeles de memoria

Cristina Ros


cristina-ros-02La memoria juega un papel muy importante en la obra reciente de Dolores Sampol. No es un recuerdo lejano, ni rodeado de atmósferas nebulosas. No hay melancolía, ni zonas boscosas o borradas por el paso del tiempo. Este diario sobre tela, que muestra Dolores Sampol en la galería Altair, es fruto de unas memorias frescas, limpias y con mucha luminosidad.

 

"Negro", que así ha titulado esta serie de obras, nos lleva al continente africano, visitado por la pintora y que, de una manera u otra, ha llevado hasta su estudio para revivirlo. Pero crea un nuevo mundo, un universo que contiene dibujos, bocetos que son parte de un cuaderno de viaje, escrituras rápidas, papeles pegados, pruebas de color, estudios de composición, encuadres diversos e incluso los instrumentos con los que se ha llevado a cabo la obra.

Y así, cada cuadro es un pedazo de la memoria del continente negro: los colores, la gente, las miradas, las costumbres, los movimientos, las construcciones, los tonos de la tierra y, entre todo, también las texturas. Pero "a la vez" cada tela es un ejercicio de dibujo y pintura. Es, de alguna manera, el ejercicio de la memoria pictórica, los recursos plásticos aprendidos y los estudios tan necesarios para avanzar, siempre para avanzar, en este aprendizaje. Dolores Sampol lo reúne todo sobre una sola tela. Pero lo hace de manera acompasada y, sobre todo, muy medida.

No hay abigarramiento. Todo lo contrario, la pulcritud en el proceso de realización de estas obras es más que notable. Las telas limpias, en muchos casos sin tratar; los papeles perfectamente pegados, las composiciones muy estudiadas, armonía en los colores y trazo preciso para los personajes, configuran una memoria serena, de aquellas de las que se puede decir que permanecen en paz.

Palma, Última Hora, 1990

 

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