Exces.sos
Aurelio Torrente
Miró dijo a la gente de Mallorca: "Perdéis vuestra dignidad, y por haberla perdido se hacen todas esas barbaridades, esos hoteles horrendos, esos apartamentos y urbanizaciones que han destrozado el paisaje". Y añadía, en las conversaciones con Georges Raillard, "… es la tierra, la tierra. Algo más fuerte que yo".
En la actualidad, se tiene la conciencia de que el hombre administra la naturaleza desde actitudes antinaturales, guiadas por un impulso esquilmador, aunque ello conduzca a una grave quiebra del equilibrio sobre el que se sustenta el planeta tierra. La voracidad de las sociedades opulentas, temerosas quizás de las multitudes hambrientas de su propia especie, están perdiendo el instinto, que otros animales sí tienen, de no agostar el espacio en el que viven. Sobreexplotación de las tierras con cultivos ficticios fuera de los ciclos naturales con el fin de producir ingentes cantidades de alimentos que satisfagan una glotonería patológica. Cruel bestialidad con los pobres animales, sometidos a un engorde y reproducción que genera carnes envenenadas por la desesperación. En fin, destrucción de los parajes naturales con una especulación que crea edificaciones condenadas al pronto deterioro. Talas y detritus... Y casi todo irreversible.
María Zambrano manifiesta su nostalgia de la tierra, "Nostalgia de la más presente, de la que nunca nos falta. La tierra se ha convertido simplemente en materia, ha dejado de ser cosa sustentadora de todas las cosas, para ser algo abstracto, lejano; para ser una gran desilusión; algo material. Pero el hombre está, vive sobre la tierra... se olvida de ello, quiere olvidar esta condición inexorable de su existencia: la de estar sobre la tierra en tratos con un mundo sensible, del que no puede evadirse" .
Mallorca, 1999